"Se arrodillaron ante él y mostraron obediencia con la mayor humildad. El Gran Khan les indicó que se levantaran y les recibió honorablemente y les honró con un gran saludo. Les preguntó muchas cosas sobre su condición y como se habían encontrado tras su partida. Los hermanos le aseguraron que habían estado bien, tras encontrarlo tan sano y floreciente. Le obsequiaron unos presentes y las cartas que el Papa de Roma le había enviado, que le produjeron gran satisfacción, así como el aceite sagrado, que recibió con gran alegría y valoró en alta estima. Cuando el Gran Khan vio a Marco, que aun era un joven mozo, le preguntó quien era "Señor es mi hijo y vuestro servidor" dijo Maesse Niccolo. El Gran Khan dijo "es bienvenido de corazón""
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